Imaginamos las matemáticas como unos conceptos universales, eternos e inmutables que se descubren más que inventarse. Y sin embargo, la notación y las herramientas con las que se manejan son considerablemente recientes y la evolución histórica del trabajo de los matemáticos, si bien se ha apoyado en grandes figuras revolucionarias, ha sido producto de su época.
Los antiguos griegos desarrollaron todas sus grandes aportaciones a la geometría a través de la representación gráfica y la operación sobre segmentos y ángulos. En cambio, no disponían de una notación numérica eficiente, no utilizaron el cero y no disponían del álgebra para representar los conceptos. De ahí que los números irracionales fundamentales como pi o la raíz de 2 implicaban dificultades adicionales en las operaciones básicas con sus medios operativos, que no se limitaban a la abstracción teórica sino a todo el cálculo de soluciones para la agricultura, construcción, economía o diseño.
En la viñeta se presentan tres formas de tratar pi, con el método geométrico de Mascheroni, con el método iterativo de la variante de Euler de la serie armónica, en la que se cambia el signo de algunos elementos de la serie, y con la regla mnemotécnica de crear una frase que recuerde los decimales del número pi.