Homenaje a los Hermanos Sherman

Desde el principio de su carrera, incluso en la época muda, Walt Disney siempre tuvo en cuenta que la música, o en su defecto, el ritmo, era un elemento esencial del lenguaje cinematográfico y desde la incorporación de la banda sonora al celuloide siempre contó con un elenco de músicos en su plantilla. En su última etapa creativa, los llamaba The Boys, el dúo de hermanos compositores Robert y Richard Sherman que no sólo ingeniaban algunas de las mejores canciones de la historia del cine, sino que formaban parte del equipo de guionistas que daban forma a sus películas tanto de animación como de imagen real.

Sus peripecias se narran de forma muy detallada en Saving Mr. Banks, el así-se-hizo de Mary Poppins, pero no entraban en la difícil relación, a veces estrictamente profesional que estos creadores mantuvieron durante décadas. Robert, tres años mayor que Richard, era el más serio y reflexivo y su vida cambió para siempre cuando participó en la Segunda Guerra Mundial y descubrió por sí mismo los horrores del campo de Dachau. Volvió de la contienda marcado por una dolorosa cojera y una experiencia vital que le aisló del siempre jovial y explosivo Richard.

Los hermanos trabajaban juntos, sus mejores composiciones surgían de este enfrentamiento continuo, pero mantuvieron sus vidas y las de sus familias separadas, para el pesar de Richard, que tenía otro carácter. 

En la viñeta de homenaje ambientada en Chitty Chitty Bang Bang, el musical no de Disney que tiene todos los ingrediente para pasar por uno más de esa época, Aliphant en su pluriempleo de shinigami, reúne una vez más a los hermanos tras el reciente deceso de Richard a los 95 años. 

It’s a Small World, after all.  

Aliphant MCXLV Homenaje a los Hermanos Sherman

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