Oriundo de Flandes, si bien su obra es mucho más conocida que su vida, el pintor Jan Van Eyck dio a la pintura al óleo el desarrollo técnico que la convertiría en hegemónica. Encuadrado en el Gótico tardío, su gusto por el detalle más minucioso hace de sus cuadros verdaderas enciclopedias visuales de la vida cotidiana del siglo XV. Sus más ínfimas pinceladas, al parecer ejecutadas con cabellos, llegaban a ilustrar las sombras de las cuentas del collar colgado en la pared o incluso minúsculos retratos dentro de los enseres que abundan en el cuadro.
De Los Esposos Arnolfini se podría escribir largo y tendido, incluso de pie o sentado, pero sería difícil explicar el misterio que encierra. Existe la hipótesis de que el cuadro pudiera representar a la pareja algún tiempo antes del fallecimiento de la esposa por complicaciones del embarazo. Algunos detalles del espejo del fondo corroborarían con la simbología dicha tragedia humana.
Pero lejos de conjeturas posiblemente infundadas, llega el momento de relacionar a Van Eyck con el signo de Leo. Dado que no se sabe con certeza la fecha de su nacimiento, se admitirá al menos que su vida transcurrió y terminó en la ciudad de Brujas. Y Brujas mantiene orgullosa en su escudo el león de los condes de Flandes, la tierra que tantos artistas dio a un mundo en una era de descubrimientos.