Parangón ninguno tiene cualquier otra obra de ficcion con las andanzas del Caballero de la Triste Figura. Y véase que jamás un libro que ha llenado estanterías durante cuatrocientos años ha necesitado publicidad para mantener el equilibrio de una balda o para auxiliar a un mueble desmembrado en su frágil verticalidad.
No obstante 2005 fue el año del Quijote y el centenario del libro pendiente de lectura por antonomasia, justo después de la Biblia y el manual del vídeo.
La llegada al mundo de la escena de sucedáneos inquietantes donde la imagen hace cobrar vida a aquello que debió permanecer entre la ilusión y la conjetura nos recuerda que no fue esta obra creada para representar la realidad, sino para burlarse de su coherencia y ahondar en la importancia del narrador como personaje con voluntad propia.
Y escrito esto, he aquí la viñeta: