Siempre dotada con una excelente memoria y una simpatía que conseguía ganarse a una audiencia de 25 millones de espectadores en el primer concurso en horario de máxima audiencia presentado por una mujer en toda la televisión mundial, Mayra Gómez Kemp ha subido hoy la escalera.
Su entrañable trabajo en «Un, Dos, Tres», el programa mítico de la televisión de los 80 de Chicho Ibáñez Serrador, la convirtió en la gran dama de la televisión española, querida, incluso décadas después, por un inmenso público. Su suave acento cubano, desbordante y genuina carcajada y elegancia escénica mostraban las virtudes de la pionera de las grandes presentadoras.
Y hasta aquí pudo leer.