AI

Las posibilidades de los sistemas de inteligencia artificial aplicados a la creación artística, hasta ahora una función banal para tan costosos mecanismos, han hecho temblar a todos los gremios que hacen del arte su medio de expresión.

Pintores, escritores, directores de cine o animadores han sentido cómo sus funciones podrían ser desempeñadas por un amasijo de algoritmos de la misma forma que un ordenador resuelve ecuaciones diferenciales con más rapidez que un matemático experimentado.

Y sin embargo, no es la producción masiva de arte con calidad técnica lo que debería preocuparles, sino la capacidad de transmisión de emociones y sentimientos que son adquiridos sin haber sido sentidos. No es sólo la definición de consciencia lo que está en el aire, sino la comunicación entre seres que sienten o que han sido entrenados para manifestar sensaciones.

Para usar la imaginación de forma creativa hay que almacenar una gran cantidad de información para poderla entrelazar y formar nuevas ideas. El conocimiento es la materia de la que se nutre el ingenio para construir conceptos ingeniosos. Que la máquina sustituya al ser humano lleva aterrorizando a la Humanidad desde el principio de los tiempos y sin embargo, no ha dejado un instante de averiguar cómo ahorrar esfuerzo para poder dedicarse a menesteres menos cansados. O como se solía decir; lo que hay que trabajar para no trabajar.  

Aliphant MLVIII AI

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