Hace 120 años, el 3 de enero de 1903, Topsy, una inmigrante hindú de 28 años que se hacía pasar por nacida en América, fue ejecutada por electrocución mientras era filmada para los quinetoscopios a monedas de la compañía de Edison. ´Topsy había asestado un golpe letal a su maltratador y la administración de justicia podía hacerse pública y permitir la recaudación además del precio de las entradas en el Luna Park de Coney Island.
Posiblemente se trate de la primera grabación de un ser vivo muriendo, y aunque se debió a la corriente alterna, no forma parte de la llamada Guerra de las Corrientes entre Edison y Tesla como se ha pretendido en la moderna revisión actual del célebre evento con ciertos toques steampunk.
Esta batalla comercial entre los defensores de la corriente continua (Edison) y los de la alterna (Tesla y Westinghouse) se había resuelto ya en la década anterior al imponer el propio mercado de la distribución de la energía el uso de la corriente alterna. Y sin embargo, la electrocución de animales para demostrar los peligros de la alterna había sido una de las excusas del grupo de Edison para eliminar la alta tensión. Aunque Topsy falleció en apenas 10 segundos, fue necesario reconducir toda la instalación eléctrica del parque para acumular los 6600 voltios necesarios para fulminar su enorme cuerpo.
En 1944, cuando Luna Park fue destruido por las llamas, el público lo relacionó con la venganza de Topsy.
La grabación de su ejecución en 1903, titulada «Electrocuting an Elephant», sobrevive en nuestros días, gracias al registro de su patente por la compañía de Edison y se ha convertido en un testigo del maltrato animal de aquella época.