Si ya de por sí suena extraño que el tejido de nuestra realidad no sea otro que un sueño de Antonio Resines, más lejos aún iríamos si fuésemos parte de una novela de George R, R. Martin, donde ni el apuntador puede contar con llegar a la jubilación anticipada. Su Canción de Hielo y Fuego se convirtió en una de las series más exitosas de la Historia sin haber podido completar las series de novelas que forman el hilo argumental. En Japón suele ser frecuente que los dibujantes o mangaka se vean superados por los creadores de la animación o animé, por lo que en numerosas ocasiones se desvían de las intenciones de los autores originales. La serie, que ha ido devorando los pesados volúmenes de fantasía empezando por el primero que le da nombre, Juego de Tronos, ha requerido pautas futuras aún no escritas y ha llegado a poner los argumentos en manos de guionistas que sigan las directrices del creador de las tramas. Y es que todo es un enorme negocio en esta saga de crueldad, violencia, familias disfuncionales y más homicidios que el pueblo de Jessica Fletcher.
Winter is coming. Abríguense…