Habemus Franciscum

Francisco I, un soberano adelantado a su tiempo, mecenas de las artes y de la cultura, tomó las riendas de su Estado en una época convulsa. De no haber coincidido y rivalizado con el mayor monarca de su era, el Emperador Carlos I, hubiera sin duda ocupado un lugar mayor en la Historia. Aparte de declarar el francés como la lengua oficial de su estado, tal vez su mayor mérito fuera el del previsor mecenazgo al gran Leonardo da Vinci, lo que permitió que La Gioconda, residiera para siempre en el Louvre.

Aunque su nieto, Francisco II de Francia, murió con apenas 16 años tras reinar apenas año y medio, bastó para justificar que el Rey de la Gran Nariz pudiera llamarse «primero». Y como, por supuesto, no es este el caso, el nuevo Pontífice romano debiera llamarse, sin numeral, Papa Francisco.

Aliphant DXLIX 

Aliphant DXLIX. Francisco I

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