El Oro del Rin

Una familia alemana, que ya vivía por encima de sus posibilidades, adquiere una lujosa finca de recreo en la montaña. El constructor, un gigante de su sector, pide un aval para su obra, y el cabeza de familia recurre a su cuñada, una experta en terapias de rejuvenecimiento, pero sin ingresos constantes. Cuando el plazo de pago vence y se ven incapaces de afrontarlo, la constructora reclama todos los bienes de la cuñada, por lo que recurren a medios un tanto oscuros.

 

Un empresario del mundo de la joyería, que mantiene una plantilla de empleados prácticamente esclavizados, acaba de estafar a tres ancianas que atesoraban una importante cantidad de oro en su residencia de la zona del Rin. Como quien roba a un ladrón, tiene cien años de perdón, la familia endeudada consigue por medio de ardides y apuestas hacerse con el botín del joyero que incluye un anillo de diseño muy valioso que ha forjado el propio orfebre con el oro de las señoras.

 

La deuda es saldada, pero los alemanes tienen que ceder, muy a su pesar, el valioso anillo de diseño, que seguro que vale más de lo que los contables de la constructora han tasado.

 

Todo esto había ocurrido en la imaginación de Richard Wagner en 1869; es el argumento de El Oro del Rin, Das Rheingold y así da inicio a la famosa Tetralogía del Anillo del Nibelungo.

 

Como Wagner despreciaba profundamente el modelo de la ópera italiana –realmente despreciaba profundamente demasiadas cosas- sus óperas no separan arias como elementos claramente definidos. Sin embargo, la parte de Wotan, el padre de la familia de los dioses teutones,  que comienza por “Abendlich strahlt der Sonne Auge”, (Irradia el ojo del sol al ocaso), da por inaugurado su flamante nuevo palacio y refugio, el Valhalla.

Aliphant DXLVII

Aliphant DXLVII Aliphant’s Das Rheingold

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