Inicia con esta viñeta una serie de Heráldica Espacial, representando las insignias o badges de las misiones de la NASA, emblemas que se adherían a los uniformes de los astronautas que muchas veces eran ellos mismos los que las diseñaban. La continuidad de esta serie depende del interés que despierte en los sufridos lectores, una vez más.
Hace 20 años, el 1 de febrero de 2003, todos aquellos que conocimos de primera mano la tragedia del Challenger en 1986 vimos con estupor cómo la historia se repetía, destruyéndose en la reentrada la lanzadera Columbia y llevándose con ella la vida de sus siete astronautas, sus investigaciones sobre microgravedad y cómo nos hallábamos ante el principio del fin de la era de los shuttle, en su momento el objeto de ingeniería más complejo de la Humanidad.
La misión STS-107 se centraba en la microgravedad, representada en el parche con las letras mu y g escapando hacia una estrella. A la derecha de esos tres haces se ubica la constelación de Paloma, que representa a los tripulantes de la nave Columbia, parónimo del nombre latino de la constelación, Columba. Una de esas estrellas tiene seis puntas, en referencia a la estrella de David del primer astronauta israelí, cuyo nombre en el borde de la silueta de la lanzadera está acompañado de la bandera de Israel. Un amanecer sobre el planeta Tierra llena la parte derecha.
Como una triste premonición, las estrellas que les representaban, parecían marcar su destino, pasando a formar parte del firmamento.