La ciencia nos enseña que el frío en sí no existe, sólo es la ausencia de calor. De igual forma, y en una extrapolación humana, la añorada paz es más bien la desaparición de toda forma de violencia, lo que en mayor nivel de organización y estrategia, conocemos como guerra.
El mismo Platón ya rondaba con el clásico oxímoron «Si vis pacem, para bellum», si quieres la paz, prepara la guerra, aunque obviamente no lo expresó en latín ni conocía las armas alemanas para darles su nombre de marca.
En estas fechas de ausencia de calor y no poca abundancia de violencia, el mundo debería aprender a enfriar sus ánimos y olvidar qué fácil es actuar movidos por el odio.