Una buena ocasión para mostrar exteriores pertenenciente a la isla de ANT.
No está claro quién dijo que escribir sobre música era como bailar sobre arquitectura. El caso es que la arquitectura de la ciudadela de ANT baila. O al menos lo parece.
Y quien piensa que es absurdo pedir un deseo cuando pasa una estrella fugaz, se equivoca. Al menos, en esta tira prenavideña.