Calendario de Escorpio

El mayor exponente, tal vez, de la pintura figurativa del siglo XX americano  se encuentra en la obra de Edward Hopper.

Sucesor de los realistas americanos por un lado y de los impresionistas europeos, viajó a España para conocer la obra del maestro Goya de primera mano. Por su temática, es el pintor de la soledad, de la incomunicación y la melancolía, y más allá de todo esto, del mismísimo modo de vida americano.

En el caso de Hopper, no se puede decir que use la luz y el color, sino más bien que estos hacen servilmente lo que el pintor les ordena. Construye el ambiente necesario para manifestar la inexpresividad de la realidad, si no es eso ya suficientemente contradictorio.

El calendario de Hopper se apoya en el signo de Escorpio no por casualidad, sino porque era el que quedaba, caramba. Al igual que los designios de la vida conducen al aislamiento que evoca Hopper, su signo era quedarse con la constelación de la estrella roja Antares, aquella que rivaliza con Ares-Marte el planeta rojo.  En las antípodas de la guerra, del sufrimiento, a veces sólo hay indiferencia.

Aliphant CCLXXV

Aliphant CCLXXV. Antian Edward Hopper’s NightHawks

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