Dado que Hook, la versión spielbergiana del relato de James Barrie -o de la película de Disney, quizás, se convirtió en una película casi más famosa por sus dificultades en el rodaje que por los continuos cameos, hay escenas que merecen un recuerdo especial por su valor cinematográfico.
En una escena casi al final, Campanilla se compromete para siempre con Peter en un lugar sólo para ellos dos, en el punto donde se cruzan el sueño y la vigilia…
Lo de Aliphant, ya es una pesadilla, más bien.