Basándose en el principio de no beligerancia, está claro que Kaph, la cafetera, no tiene principios.
No obstante, a fuerza de acumular azúcar durante tanto tiempo, ha adquirido cierta avaricia por el glúcido elemento…
Basándose en el principio de no beligerancia, está claro que Kaph, la cafetera, no tiene principios.
No obstante, a fuerza de acumular azúcar durante tanto tiempo, ha adquirido cierta avaricia por el glúcido elemento…