Como tradición entrañable entre Acción de Gracias y Navidad, la celebración del Black Friday no es un puro ejercicio de consumismo y despilfarro con descuentos sobre precios recientemente revisados a la alza, sino una evocación del terror de Halloween cuando llegue la factura de la tarjeta de crédito y un ensayo de los tumultos de las compras de navidades.
Por otra parte, la costumbre de representar en cómics y dibujos animados a los personajes a oscuras con sólo sus ojos es sencillamente absurda, salvo que se crea como Leonardo Da Vinci que los ojos emiten rayos luminosos que inciden sobre los objetos.
Próspero Black Friday,