Los juegos de realidad aumentada tuvieron sus primeros éxitos con la integración del GPS en el proceso de interacción entre el mundo real y el virtual. Más adelante, en entornos controlados como el Magic Kingdom de DisneyWorld o el área de Harry Potter en Universal Estudios, la capacidad de influencia del usuario sobre la parte física con animatrónicos y efectos visuales animados alcanzó nuevas cotas de entretenimiento.
Pero de las inocentes búsquedas de pistas y movimientos de varita mágica se ha pasado a cazar nuevos monstruos en plena calle, como si no hubiera bastante con los que no se dejan cazar. La situación llega a extremos divertidos, como un grupo de niños en el supermercado, que a falta de consolas o móviles propios, jugaban a imaginarse que podían ver a sus seres digitales a ojo desnudo, lo que no deja de ser el siguiente paso evolutivo de esta historia. Realidad aumentada proyectada sin intervención del usuario.
Aliphant y Gimelant lo llevan con la dignidad necesaria, o eso les parece.
Feliz caza