La Hidra de Lerna

La Hidra de Lerna fue una prueba con trampa para el héroe Heracles, más hábil en resolver situaciones a lo Bud Spencer, con un buen manotazo desde arriba.

Se trataba de un monstruo ctónico, lo que no sólo significa que nadie sabía pronunciar el tipo de monstruo que era, sino que además era oriundo de las entrañas de la tierra, a más profundidad que Fraggle Rock y temible como los discursos de Belén Esteban. (Véase cómo ‘profundidad’ y ‘Belén Esteban’ pueden estar en la misma frase)

La hidra era una especie de dragón sin alas de muchas cabezas. Lo que no sabía Heracles era que por cada cabeza cercenada, resurgían dos del mismo cuello, lo que hacía la empresa harto molesta cuando el animal padecía migrañas o quería hacerse una permanente. 

El caso es que al escudero de Heracles se le ocurrió quemar los cuellos decapitados para evitar la regeneración y el especimen terminó muriendo por insuficiencia de cabezas. No obstante, una de sus cabezas era inmortal y fue enterrada porque el Museo de Cabezas de Futurama todavía era un producto de la ciencia ficción televisiva.

Aliphant relata en sus crónicas pueriles que hubo un reto del calibre de una hidra, y de su mismo color y hedor venenoso, y que dedujo de manera similar a Heracles que la solución de la disección no era adecuada.

Aliphant CDXXVI

Aliphant CDXXVI. Los Doce trabajos de Bayphant: Acabar con la Hidra de Lerna

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