Fácil resulta enlazar esta historia con la de Escher, admirador del sorprendente conjunto arquitectónico que le inspiró en sus series geométricas. En este caso, se trata de un típico chiste aliphantiano de equívoco acerca de las especificaciones de entorno virtual.
En no pocas ocasiones, hay viñetas que piden a gritos ser animadas, recibir el beneficio del movimiento para que su poder de inmersión crezca. En esta casi es posible sentir el agua fluir. Tal vez fluya algún día.