Una de las ventajas de ser un gurú es que cualquier gesto que hagas les parecerá trascendente y por supuesto cualquier petición será considerada como incuestionablemente necesaria.
De ahí que lo más difícil no sea comportarse como un gurú, sino llegar a tal posición. Yodant, el gurú tecnológico de ANT adquirió tal rango mucho antes de que sus conocimientos pudieran emplearse para algo práctico y eso le convierte en un sabio muy poco… habitual.
Su mayor obligación en lo que le queda de vida profesional es que nadie lo descubra y a eso se dedica en cuerpo y alma durante toda su jornada laboral e incluso las horas extras si fuera menester.