Hace diez años, la primera viñeta de Aliphant mostraba un asustado elefante en su primera entrevista de trabajo. Reconocía su pánico a los ratones, pero lo que hubiera sido lógico en su especie, y justificación para el doble sentido de la tira tal vez ocultara un tercer sentido, si se atiende al siguiente flashback. Por alguna extraña violación de la causalidad nunca justificada por el argumento, aquella primera viñeta aparece en ésta, como prueba de agudeza de los ojos avizores de los lectores.
Y recuerden que en algún momento entre la agudeza y la obtusidad se ha tenido que pasar por lo recto.
Aliphant DXXXIX. Clic en Defensa Propia